Nuestro “Soci@ del mes” de mayo es el actor Óscar Cabrera, un habitual de las producciones audiovisuales jienenses, y uno de los socios más veteranos de nuestra Asociación. Os invitamos a conocerle un poco más en esta entrevista.
¿Quién es Óscar Cabrera?
La respuesta más sincera que se me ocurre decir es… depende. Depende del momento, del contexto, de la compañía, del ánimo… Cada noche me olvido y cada mañana me reinvento. Muero y resucito a diario. Al menos un poco. Me gusta pensar que no soy un resultado final, sino un proceso. “En construcción” que diría si fuera una página web.
A pesar de ello, creo que sí que hay una base estable, un “yo” que perdura y al que me agarro. Y espero que ese “yo” sea un tío agradable con el que pasar un rato interesante.
¿A qué te dedicas? (dentro del audiovisual)
Soy actor con inquietudes. Desde el año 2012, en que me estrené en el medio audiovisual, ha actuado en unos 20 cortometrajes, un mediometraje y un largometraje. Asimismo, he colaborado en videoclips, spots y documentales. He grabado diversas cuñas radiofónicas, así como ficciones sonoras, y colaboro, de manera asidua, en un podcast llamado Remake a los 80.
A veces, de manera puntual, he ayudado a dirigir actores o he colaborado en tareas de producción y de guion, pero mi formación y trabajo principal es como actor. No obstante, no descarto seguir ampliando mis experiencias en este sector, porque me atraen casi todas las funciones y áreas relacionadas.
¿Qué te une a Jaén?
Estoy unido a Jaén porque mis raíces se clavan profundamente en este suelo, que me ha nutrido desde niño. Siento que es una ciudad que se me ha metido dentro, o yo me he metido dentro de ella, y nos fusionamos y combinamos, enriqueciéndonos (no en lo monetario, me temo) mutuamente. Aun así, paso, de manera cíclica, por momentos de rechazo y de cierta decepción hacia la ciudad y su gente. Pero son sentimientos que nacen del amor hacia mi tierra, y de la indignación que uno tiene cuando ve que no somos capaces de “exprimirla” como deberíamos. Jaén es una eterna promesa, un diamante en bruto, un sueño por realizar. Ha habido, y sigue habiendo, enormes muestras de talento y creatividad, de entusiasmo, de fuerza… pero casi siempre son fruto de anhelos individuales, personales, que con el tiempo caen, ante las dificultades, o aflojan el ritmo.
Echo en falta una estructura, una cultura audiovisual y teatral, que pueda sostener estos empujes individuales.
¿Cuándo o cómo descubriste tu vocación por el audiovisual?
Siempre he sentido la necesidad de comunicar y compartir historias, de unirme y conectarme al mundo a través de sus relatos, de sus cuentos, de sus leyendas. He sido lector compulsivo de libros y cómics, escritor frustrado, dibujante aficionado y actor por cabezonería. Y, por supuesto, el medio audiovisual siempre me ha encandilado con su canto de sirena. Soy ratón de biblioteca y personaje asiduo del videoclub.
Desde que tengo memoria, recuerdo querer subirme a un escenario. Y desde que probé lo que es interactuar con la cámara, me enamoré irremediablemente. De eso hará ya la friolera de unos doce años, y sigo con el mismo o más entusiasmo, jugando y explorando todas las posibilidades que el medio me permite.
En el rodaje del corto El amor es hipermétrope
Háblanos de algún proyecto en el que hayas trabajado que recuerdes con especial cariño u orgullo.
Intento tener una mirada tierna hacia todos los proyectos en que me involucro, por pequeño o anecdótico que sea mi cometido. Veo lo valiente y hermoso de cada propuesta, esté o no el resultado final en sintonía con la ilusión y el esfuerzo realizado.
Dicho esto, y dejando aparte mi vertiente teatral (primera y fundamental en mi trayectoria), no puedo evitar recordar con especial afecto el mediometraje La Mantis Peligrosa (de Jachi), por ejemplo, ya que fue prácticamente mi primer contacto con este mundillo. Luego, he trabajado en proyectos mucho más ambiciosos, donde la envergadura de la producción ha hecho del rodaje una experiencia más completa. Recuerdo por ejemplo La Virgen Descalza (de Lone Fleming), El Desenlace (de Luisje Moyano), o el largometraje Camino de la Suerte (de Jorge Alonso), por decir algunos.
¿En qué proyectos andas últimamente? ¿Qué está por venir?
Colaboro de manera más o menos periódica con diversas productoras de la ciudad, siendo mis trabajos más recientes el episodio piloto de la serie La Cuarta Bestia (de Luisje Moyano), y el cortometraje Raíces (de Luisje Moyano), ambos en fase de postproducción.
No obstante, mi trabajo más regular lo estoy llevando a cabo en la podcastfera, con el Podcast Remake a los 80 (dirigido por Juan Pablo Molina).
Aparte, sigo vinculado a otros proyectos teatrales y culturales, con compañías como Small Clowns, Animahist o Noche de Miedo en Jaén.
¿Cómo te ves en 5 años?
Creo que seguiré por aquí, colaborando y apareciendo en todos los proyectos que me propongan y me atraigan, aportando mi granito de arena al sector, dentro de la provincia. Mis expectativas para el futuro son hacerme cada vez más presente en proyectos audiovisuales, donde poder experimentar y jugar al límite.
En el rodaje del corto Guarnición de papas a lo pobre con espárragos trigueros
¿Algo que sientas que tienes aún pendiente de hacer en el audiovisual?
A nivel actoral me gustaría hacer un protagonista, en una historia donde pueda dar rienda suelta a otros registros y al potencial que, al igual que Jaén, creo que aún no he explotado. No conozco mi límite ni hasta dónde puedo llegar, y me apetece mucho descubrirlo.
Asimismo, llevo tiempo dándole vueltas a la escritura de algún guion, que intentaría llevar a cabo con ciertas garantías de calidad.
¿Cómo ves el sector en Jaén?
Recuerdo una época, pre-pandemia, de una efervescencia y creatividad impropia de una ciudad tan pequeña. Creo que hace unos años hubo un grupo de personas que, a fuerza de ilusión y hambre de cultura, marcaron una tendencia, abrieron puertas y cimentaron lo que hoy día se está recogiendo. Aun así, creo que el fruto ha sido escaso, a nivel global, viendo la calidad e ilusión con que se trabajaba. Hay productoras y personas que se van asentando y madurando en esta ciudad, a nivel artístico, pero han caído también muchos y muchas valientes. Yo mismo he estado un poco alejado “de los focos” en los últimos tiempos, así que me falta información de primera mano de cómo está el sector. Realmente espero que cada vez se vaya consolidando más, posicionándose y formando parte más visible del ADN de la ciudad, de su identidad.
¿Cuál crees que es la importancia de asociaciones como la nuestra?
Precisamente, la labor de asociaciones como Jaén Audiovisual creo que puede ser aportar esa visibilidad, tender puentes entre estamentos sociales, entre el creador y el público, facilitar que los productos que se realizan lleguen al máximo número de personas posible. Una labor difícil, pero fundamental.
¿Te gustaría acabar esta entrevista con algún mensaje en especial (propuesta, llamamiento, reivindicación)?
Mi mensaje sólo puede ser de gratitud para todas aquellas personas que han ayudado a levantar, muchas veces con sudor, sangre y lágrimas, un sector tan complicado como éste, y más en una modesta capital de provincia como Jaén. Creo que es una labor que, no siendo más importante que otros sectores, tampoco lo es menos. Así que reivindico nuestra profesión, para la que pido una mirada tierna. No olvidemos que somos personas, trabajando con personas y para otras personas, lo que hace de nuestro producto algo terrible y mágicamente humano. Y me remito, para finalizar, al inmortal Lorca: “Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro”. La cultura no es un lujo, es una necesidad. Muchas gracias.
En el rodaje del corto La virgen descalza
Desde Jaén Audiovisual agradecemos el apoyo que Óscar nos ha dado como socio en estos años y le deseamos mucha suerte en sus próximos proyectos teatrales y audiovisuales. Si buscáis un actor de su perfil, no dudéis en contactar con él a través de su Instagram.
¿A quién tendremos ocasión de redescubrir el próximo mes? Permanezcan atent@s a sus pantallas…