Te llaman «Galleta del Lejano Oeste». ¿De dónde procede ese apodo?
«Galleta» procede de finales de los años 90. Era un apodo adolescente que me pusieron mis colegas, con una connotación quizás despectiva o cariñosa, nunca lo he sabido. Yo lo utilicé como un seudónimo porque me sentía identificado con ese nombre, y le añadí «del Lejano Oeste» por mi afición al Western. Me ha servido todos estos años para firmar mis producciones más fantásticas, pero actualmente utilizo mi nombre, José Casas, dejando atrás «Galleta del Lejano Oeste» para empezar una nueva etapa aún más ambiciosa pero igual de demencial.
Eres actor, productor y director. ¿Por qué faceta empezó tu incursión en el mundo audiovisual? ¿Hay alguna que prefieras sobre las demás?
Mi faceta inicial se podría decir que fue la de actor. Empecé con mis amigos a grabar humildes cortometrajes con un equipo tan mínimo que nosotros lo hacíamos todo: lo escribíamos, lo producíamos y lo interpretábamos. Era un puto caos, pero también jodidamente divertido. Le tengo mucho respeto al mundo de la interpretación y por eso intento ponerle siempre la mayor pasión posible a mis interpretaciones.
La faceta de productor es la que me apasiona. Me gusta leer guiones o historias anormales que me han contado y darles mi propia visión. Creo que necesitamos escuchar historias arriesgadas y fantásticas para abrir un poco más la mente en el mundo audiovisual en España.
Los actores son esclavos de su imagen. ¿Mantienes la tuya para seguir interpretando a «tipos duros» o te plantearías un cambio de look para optar a nuevos registros?
Mi imagen siempre ha atraído a directores para interpretar a tipos duros, desequilibrados, cavernícolas del abismo, etc… y la mantengo porque es la mía, pero también se ha visto alterada por algunos papeles y la he cambiado por exigencia del guión. No tengo ningún problema en cambiar mi aspecto si el personaje que me ofrecen me gusta y me atrae para poder interpretarlo.
Participaste como actor en Torrente 4. ¿Cómo viviste tus días de rodaje y qué te aportó esa experiencia?
Mis días de rodaje fueron de los mejores de mi vida. Fue una experiencia brutal. Ver dirigir a Santiago Segura me ha servido más de aprendizaje que haber asistido a cualquier Escuela de Cine. Él es un tío muy inteligente, divertido y un gran profesional que se ha portado muy bien con nosotros y nos ha dado siempre muy buenos consejos. De esta experiencia me llevé muchas cosas, pero lo más importante fueron los amiguetes, con los que a día de hoy sigo manteniendo el contacto.
Tus trabajos como director se enmarcan en el género de la serie B… o incluso Z. ¿Tiene que ver con la falta de recursos o realmente es un género que te apasiona? ¿Te ves haciendo otro tipo de cine?
Efectivamente es un género que me apasiona, pero yo no escribo una historia pensando en que sea una película de serie B o serie Z, simplemente lo es por la falta de recursos. Me encantaría hacer acción, es un género que consumo desde muy pequeño también. Mi película favorita de acción es Jungla de Cristal, y sería maravilloso hacer algo por el estilo (risas).
Y en la acción de un rodaje… ¿cuántos «tiros» te han dado? Cuéntanos alguna anécdota.
Por suerte no me han dado ninguno, pero estuvo a punto de abatirme la Policía Nacional de Linares. Esto pasó en el rodaje de la película Zombie World, mientras grabábamos una escena en la que se me veía entrando en un portal con una réplica de pistola y caracterizado de zombie. El equipo era mínimo y la cámara estaba situada detrás del portal para grabar mi entrada. De pronto un par de coches derraparon al más puro estilo «Corrupción en Miami», los agentes salieron del coche y me gritaron: «¡Manos arriba! ¡Deje la pistola en el suelo muy lentamente!» Fue una locura porque un vecino les había avisado de que alguien con un arma estaba intentando entrar en un portal. Por suerte todo quedó en un susto y en una anécdota bastante surrealista.
Hablando de Zombie World, primero fue un corto que más tarde se convirtió en película. Interpretaste al mismo personaje dos veces y en ambos casos fuiste productor. ¿Cuál fue tu mayor reto al ampliarse la duración de la historia?
Mi mayor reto fue hacer una película fantástica de zombies con tan poco presupuesto. Apenas 4.000 Euros para una idea tan ambiciosa. Pero nos arriesgamos y sufrimos bastante con esta peli. Fue una experiencia tan gratificante que no me arrepiento de nada. Incluso logramos vender los derechos del cortometraje a una productora de Estados Unidos. Lo mismo algún día vemos a Brad Pitt interpretando mi papel (risas).
Tus cortos han sido seleccionados en festivales internacionales. ¿Crees que algún día el cine fantástico, de terror y de serie B producido en España saldrá de los festivales para triunfar en los cines como ya hacen las comedias y los thrillers?
Si los presupuestos fuesen los mismos que en cualquier otra película española claro que si. Es un debate muy amplio éste. El problema del bajo presupuesto es ése, el presupuesto. La serie B tiene un mercado mucho más limitado y es imposible competir con el presupuesto de una superproducción. La gente trata la serie B como si fuera de segunda, o la etiquetan de película mala y lo único en lo que se diferencia de una película «de primera» es en el presupuesto. La historia podría funcionar igual o incluso mejor, pero en una peli de serie B no tendrías nunca por ejemplo a Penélope Cruz y en una de primera si, y por desgracia muchos espectadores desean ver una cara conocida en la pantalla que la de un actor o actriz que acaba de salir de una escuela de interpretación.
Recientemente has ganado un premio como Mejor Director Internacional en la Oregon Scream Week por tu falso trailer Space Trash Bag, que además fue nominado en las categorías de Mejor Película Experimental, Mejor Diseño de Sonido y Mejores Efectos Especiales. ¿Qué pasaría si, como ya le ha ocurrido a otros cortometrajistas, un productor te dijera que os financia «Space Trash Bag: The Movie»? ¿La tienes escrita o tardarías poco en hacerlo?
Estoy muy contento con este premio y con todas las nominaciones que nos ha ofrecido el festival Oregon Scream Week. Space Trash Bag está teniendo bastante acogida en los festivales y eso nos preocupa (risas). La gente quiere caña y pasar un rato divertido y eso sí que se lo podemos ofrecer. Si un productor financiase Space Trash Bag sería la mejor inversión de su vida y te aseguro que no le defraudaríamos. No está escrita, pero sí que tenemos interés en desarrollar más la historia para un posible largometraje.
También diriges videoclips para grupos indies. ¿Cómo trabajas con los autores para visualizar sus canciones y contarlas con imágenes?
Me intereso mucho por lo que el autor del tema quiere transmitir con su canción, aunque luego yo lo transforme en mis movidas. Me ayuda saber las sensaciones que ha tenido al escribir el tema. Una vez escuchado le paso una propuesta de lo que sería la atmósfera en la que quiero envolver el proyecto, una sinopsis del videoclip y la historia que quiero contar.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere empezar en el mundo audiovisual y no sabe por dónde hacerlo?
Recomiendo que trabaje en muchos cortos y que absorba como una esponja todo lo que pueda de cada proyecto. Que tenga claro en qué faceta va a expresar su creatividad, y si al principio no es remunerado que no le importe, ya habrá tiempo para recoger lo sembrado. Pero siempre siendo humilde y poniendo el alma en lo que hace.