Desde muy pequeño Arturo Martínez se sintió atraído por todo lo relacionado con la fotografía, el vídeo y la música. Un accidente laboral se llevó parte de su mano derecha pero le trajo la oportunidad de formarse en estas disciplinas. De 2010 en adelante trabajó en distintos estudios de fotografía y empezó a realizar trabajos por cuenta propia como “cazador de imágenes” y videógrafo.

Trabajas con tu mujer Juani, con la que formas el equipo “Arjuteam”. ¿Qué servicios ofrecéis?

Ofrecemos la realización de trabajos audiovisuales corporativos, videoclips musicales, documentales y reportaje social en general, así como books fotográficos y videobooks de actores y modelos, fotografía de producto y fotografía social.

El reportaje social es un sector con gran demanda porque todos los años hay bodas, bautizos y comuniones. ¿Cómo planificáis vuestra temporada?

Es cierto que hay una gran demanda, pero con mucha competencia. El 80% de nuestro trabajo lo realizamos contratados por otros estudios, tanto grabaciones y fotos como el montaje y producción final. Desde marzo hasta octubre mantenemos una agenda apretada, destacando los meses de abril a junio en los que se suman comuniones y orlas a los reportajes de boda.

Habiendo tantos profesionales que se dedican a este sector, ¿qué enfoque le dais a vuestros reportajes para que os elijan a vosotros?

Tratamos de capturar estos momentos como lo que son, algo único, intentando interferir lo mínimo en el transcurso de los acontecimientos de manera que cuando vean el resultado se reconozcan realmente y revivan ese día. Nuestro sello es dar un toque cinematográfico al resultado final tanto en vídeo como en fotografía.

Cuéntanos alguna anécdota de vuestras sesiones.

Ultimando detalles con una pareja para el vídeo y las fotos de su boda, nos dijeron que iban a hacer un “novia a la fuga”, y nosotros pensamos que era de broma. Llegó el día, grabamos la entrada de la novia a la iglesia, subieron al altar, y una vez allí escuchamos “Juani, Arturo, psss, psss” para llamar nuestra atención, y justo cuando apareció el cura salieron los dos corriendo. Algunos de los familiares presentes se pusieron por delante del pasillo para que no escaparan. ¡La cara del cura era un poema! Les pidió explicaciones y se excusaron diciendo que se habían puesto nerviosos. Todo acabó en sonrisas de los asistentes y en esta curiosa anécdota.

Recientemente habéis colaborado con el periodista y escritor Emilio Prieto grabando un documental que promociona su último libro, “La Última Corona”. ¿Cómo fue la experiencia?

Grabar con niños siempre es un reto, pero gratificante ya que expresan con naturalidad lo que sienten y piensan, y más aún cuando se trata de un proyecto solidario. Nada más pedir desde Jaén Audiovisual colaboración para realizarlo, cambié toda mi agenda para poder aportar mi granito de arena, ya que no sólo se promociona un libro: Emilio Prieto donará una parte de las ventas a la Asociación ALES.

También habéis participado en cortos. ¿Qué os resulta más estimulante y/o complicado?

Contar una historia por medio de un corto da la sensación de más control porque tienes tiempo para planificar con más o menos acierto, y si surgen dificultades tienes segundas oportunidades. Todo lo contrario de grabar en directo, donde no cabe el error. Se trata de contar algo que está pasando en ese mismo instante, con el estrés y la responsabilidad que conlleva. Para mí son dos cosas opuestas y cada una me aporta sensaciones distintas, pero no cabe duda que cuando acabas un reportaje social, un concierto u otro tipo de evento en directo y ves un resultado bueno, el grado de satisfacción es enorme.

¿En qué proyectos audiovisuales podemos encontrar vuestros nombres a cargo de la imagen y el sonido?

Estamos inmersos grabando varios cortometrajes. Por un lado Polybius de Jachi y un proyecto nuestro llamado Opaco. También nos han propuesto formar parte del equipo de un corto para el concurso Rodando por Jaén, y en breve grabaremos una adaptación de un libro de lectura fácil a cargo de nuestro compañero Antoñoli Padilla, con el que recientemente también colaboro en PDICiencia, el programa de divulgación científica realizado por personas con discapacidad intelectual.

¿Tenéis algún proyecto propio que os gustaría producir? Y si es así… ¿en qué estado se encuentra?

Tenemos dos guiones que quisiéramos producir, pero de momento estamos volcados con Opaco, que trata sobre las dificultades de integración social de un alumno de ESO con Trastorno Espectro Autista (TEA). Es un proyecto solidario con el que queremos dar visualización a estos y otros problemas que se viven en las aulas.

Para terminar, ¿cómo valoras la creciente actividad del sector audiovisual en la provincia?

Opino que se han realizado muchos y buenos proyectos audiovisuales, y que en la actualidad hay cada vez más profesionales y mucho mejor formados junto a una creciente demanda cultural. Si a esto sumamos la gran labor que realiza la Asociación Jaén Audiovisual para dar a conocer este sector, el resultado es que cada vez hay más proyectos “made in Jaén”.